Caras nuevas en el vestuario, también en el terreno de juego. Un tímido sol de otoño asoma entre brumas y claros en un resacoso domingo 19 de octubre de 2008, en un barrio periférico de una gran ciudad, quién sabe si podría ser la tuya.
El ambiente apesta a nervios cuando 14 intrépidos muchachos se congregan para hacer algo más que deporte: defender una camiseta. ¿De qué material? polyester. ¿A qué huele? a victoria. ¿De qué color? naranja. ¿De qué equipo? Afarataos. Con sólo escribir esto me siento incapaz de contener la emoción que supone el formar parte del mejor club del mundo. Disculpen, pero tengo que dejar de escribir, pues me tiembla el pulso y se me ha formado un nudo en la garganta. Volveré en unos instantes...
Las botas bien prietas, las medias hasta las rodillas, la camiseta lucida con orgullo, el flequillo en su sitio y con raya a un lado, el réflex a mano por si acaso... todo está listo en Afarataos para enfrentarnos a Yastika: un equipo, a diferencia del nuestro y para desgracia suya, formado por jugadores frustrados de otros deportes que nada tienen que ver con lo que se cuece en el ambiente. En el campo contrario, Afarataos: un equipo docto en la materia formado por superhombres acostumbrados a triunfar en todo cuanto se han propuesto en ésta y en anteriores vidas.
Ambos equipos están listos para el choque, cuando ¡oh, sorpresa! El colegiado llama al Afaratao
Cierto es que gracias a su paso por Afarataos portando la elástica número 7, Mágico González es hoy en día una leyenda del fútbol mundial, y nos ha proporcionado inolvidables momentos que permanecerán para siempre grabados en nuestras retinas. De ahí a que el árbitro pregunte por él... pues no, el domingo no vino, pero pronto podremos contar con su presencia para que realice el saque de honor, nos pueda obsequiar con alguno de sus valiosos consejos, y si no es inconveniente para él, nos deleite con alguno de sus malabarismos con el balón.

¿Sabremos algún día la verdad? El tiempo lo dirá.
Por supuesto, este suceso ha sido denunciado ante las autoridades competentes, y se barajan varias hipótesis acerca de lo ocurrido:
- Obra del árbitro, presuntamente comprado para hundir nuestra aplastante superioridad.
- Obra del contrario en un intento por ganar en los despachos un partido perdido de antemano, y de paso resarcirse de la envidia que suscita la historia de Afarataos.
- Confusión de la federación, que ha extraviado la foto de nuestro Kiki y la ha reemplazado por el 7 histórico de Afarataos.
Al grano, Afarataos se citó con Yastika en el Club Deportivo Municipal Aluche F, en una hora tan mala que provocó una revisión drástica de la convocatoria. Una vez solucionado el malentendido con el famoso número 7, comenzó el encuentro.
La primera parte nos dejó un fútbol mediocre y con muy pocas ocasiones. Daba pena ver el debut de ambos equipos. Aquello parecía el patio de un hospital geriátrico, todo lleno de gente arrastrándose por el césped sintético tras un pedazo de cuero redondo. Nada que reseñar al respecto, excepto un patadón en la cabeza que se llevó quien les escribe, que se fue a casa con dos tacos marcados en la frente.
En cambio, la segunda parte fue un deleite para los presentes. Salieron a jugar los veteranos Diego y Nebre, y el partido cambió radicalmente. Bajo los palos el impecable guardameta Edu, todo un seguro de vida. En la defensa repartieron orden Juanjo y Ricardo, y en mediapunta brilló Kiki, que nos dejó un excelente fútbol.
El presidente novel Glez estrenó el partido con un balón que acarició las mallas de la portería rival sin que el portero hubiera podido hacer nada. Después de que dedicase dicho gol a su amada Vicky, hubo 15 minutos de tranquilidad Afaratada hasta que un penalti pitado injustamente y que Yastika no supo aprovechar, alteró la cordura de ambos equipos. Gontxa falló 3 ocasiones que podrían habernos llevado al liderato de la clasificación por diferencia de goles.
En el mundo del fútbol, el equipo que perdona merece perder, y eso es precisamente lo que nos pasó: cayeron de casualidad 2 malos goles que dejaron un 2-1 final y un ambiente realmente crispado tras de sí, con un mal ganador Yastika enfrentado contra el árbitro.
