Afaracrisis.

1-4. Con este resultado en contra en el luminoso, nos fuimos a casita el pasado domingo 26 de octubre, con la sensación de haber hecho un mal partido contra un mal equipo en un mal campo y con un árbitro irremediablemente cojo... pero con equipaciones nuevas.

Antes de seguir, pido disculpas a la aficción afaratada por haber tardado tanto en escribir la crónica de la segunda jornada. Mi vagancia personal y varios compromisos no relacionados con el deporte que nos une, me han dejado temporalmente apartado de este blog. Lo cierto es que tampoco hay mucho más que contar al respecto, ya ha quedado todo resumido en el primer párrafo, con el que aquellos que no acudieron al encuentro se pueden hacer una idea del desastre que protagonizamos.

El equipo naranjito jugó contra los Montys, un equipo ataviado de negro dirigido por un rubiales impoluta e impecablemente vestido, que a muchos nos resultaba familiar por su papel protagonista en el filme El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo.
Un árbitro que apenas podía andar, pero que fue comprensivo respecto al famoso Caso Mágico, nos pitó el encuentro como buenamente pudo. Tras conocer su dolencia en un tobillo, ambos equipos nos comportamos como es debido y no le dimos más trabajo del necesario.

Afarataos comenzó el encuentro con bajas importantes, entre ellas y la más importante la de Edu, nuestro querido portero, convaleciente tras haber sufrido una fisura en una costilla en el encuentro de la primera jornada. Este grave suceso fue determinante para el desenlace del encuentro, y Afarataos se vió agobiado en todo momento pensando: no tenemos portero (ni guantes de portero).
En la primera parte se puso los no-guantes un amateur Glez, a quien le colaron un gol por defender malamente el palo corto, y llegamos al descanso con un triste pero remontable 0-1.
La segunda parte Nacho tomó el relevo de la portería, y la cosa empeoró en general, a pesar de que Fabio colocó al equipo a la misma altura que los Montys con un gol de jugada personal. Dada la anteriormente comentada deficiencia física arbitral, nos colaron un 1-2 al inadmisible grito de ¡¡pasa!!, y los pobres Afarataos nos acabamos viniendo abajo: la defensa hacía aguas, los balones poco pasaban de medio campo, el estado de forma general era lamentable...

Tras la agonía generalizada nos fuimos al pitido final con un 1-4 en el marcador, y lágrimas en los ojos. Una pena, porque con la derrota nos quedamos sin ganas de lucir las nuevas equipaciones en una foto de equipo que bien podría haber servido para festejar nuestra primera victoria.

Nunca estamos cansaus (a ver si es verdad).